Cuando se trata de almacenar y procesar muestras, los tubos de centrífuga son un elemento básico común en los laboratorios de todo el mundo. Se utilizan para una variedad de propósitos, desde la extracción de toxinas hasta la preparación de muestras para análisis.
Elegir el tubo adecuado para su aplicación requiere la consideración de muchos factores. Estos incluyen material, capacidad de velocidad y color.
Material
El material de un tubo de centrífuga es uno de los aspectos más importantes a considerar. Debe poder soportar las fuerzas de la centrífuga y también la resistencia química de sus muestras.
Los materiales comunes utilizados para fabricar tubos incluyen polipropileno (PP), polialómero (PA), policarbonato (PC), tereftalato de polietileno (PET) y vidrio. También vale la pena considerar la esterilidad de los tubos que compre.
A menudo, una muestra contendrá un contaminante que debe eliminarse para que pueda estudiarse adecuadamente. Esto se puede lograr centrifugando la muestra para que se separe del contaminante, dejando una muestra viable para estudiar.
Al cargar el rotor de una centrífuga, los tubos deben colocarse de modo que estén equilibrados a lo largo de su eje de pivote. Esto asegura que la masa de cada muestra sea correcta, especialmente si está utilizando una velocidad de rotor alta.
Capacidad de velocidad
La capacidad de velocidad de los tubos de centrífuga es importante al seleccionar uno para su laboratorio. Pueden variar desde microcentrífugas que giran hasta 2 ml/min hasta instrumentos optimizados para velocidades muy altas, que generan fuerzas de hasta 1 000 000 g.
En general, se recomienda observar la fuerza centrífuga relativa (RCF), en lugar de la rotación por minuto (RPM), ya que RCF tiene en cuenta la fuerza gravitatoria que los rotores aplican a un tubo. Este factor a menudo puede afectar el precio y facilitar la elección de un tubo adecuado.
También es una buena idea considerar el material y la esterilidad de los tubos. Por ejemplo, los tubos de PP se utilizan con frecuencia ya que ofrecen una buena resistencia química y son esterilizables en autoclave.
También están disponibles en una variedad de colores, lo que facilita la identificación de las muestras. Esto puede ahorrar tiempo y reducir el desperdicio de muestras, lo que lo convierte en una opción ideal para laboratorios con múltiples muestras.
Colores
El color es uno de los atributos más importantes a considerar cuando se comparan tubos de microcentrífuga. Los tubos transparentes son útiles para identificar muestras, mientras que los tubos ámbar y negros son ideales para almacenar reactivos fotosensibles como la mezcla maestra qPCR.
Hay muchos colores para elegir en una gama de diferentes materiales. Los materiales de tubo comúnmente utilizados son polipropileno (PP), polialómero (PA), policarbonato (PC) y tereftalato de polietileno (PET).
El color de la tapa también puede ser un factor importante a considerar. Los tubos con tapa morada se utilizan principalmente para hemocultivos, mientras que los tubos con tapa gris pueden ser una buena opción para una variedad de pruebas.
Los tubos de centrífuga son un suministro de laboratorio clave que debe ser lo suficientemente duradero como para resistir la centrifugación de alta velocidad, así como la resistencia química de sus muestras. Asegúrese de seleccionar el material correcto para su aplicación para evitar derrames costosos y que consumen mucho tiempo.
Tapas
Los tubos de centrífuga están disponibles con tapas que proporcionan un sello hermético a prueba de fugas. Estas tapas se pueden abrir (o cerrar) sin esfuerzo con una mano y están diseñadas para soportar temperaturas extremas de -86 °C a 80 °C. Los clips CapLock(tm) también están disponibles para mantener la integridad del sello en aplicaciones calentadas, como muestras en ebullición.
Según el tipo de tapón, pueden ser estériles, libres de ARNasa y ADNasa o libres de pirógenos. Se esterilizan por rotor siguiendo un método ISO 11137 aprobado y se pueden utilizar en una variedad de aplicaciones, incluida la recolección/purificación de células y el descubrimiento de fármacos.
Estos tubos estériles libres de RNasa, DNasa y pirógenos están disponibles en varios tamaños y configuraciones de tapas. Están fabricados con polipropileno ultratransparente y cuentan con tapas de rosca ensambladas con juntas tóricas de silicona que aseguran un sello a prueba de fugas de -90 °C a 121 °C.
